lunes, 30 de marzo de 2009

¡Aleluya! ¡Por fin podemos comer carne! (pero muy hecha)

¡Puffff! Ya me temía yo que los vegetarianos tuvieran razón... pero no. Después de miles de años alimentándose de yerbajos y frutos (¿y para qué tendrían rebaños, si tampoco menciona la leche como alimento?), pues mira por donde después del diluvio va y le dice a Noé: (Génesis 9, 2 - 4)
"Todos los animales de la tierra os temerán y os respetarán; las aves del cielo, todo lo que se mueve sobre la tierra y todos los peces del mar están en vuestras manos. Todo cuanto se mueve y tiene vida os servirá de alimento. Yo os lo doy, como antes os di las verduras"
Eso sí, nos deja sin morcilla: (Génesis 9, 4)
"Sólo una cosa no debéis comer: carne que tenga aún dentro su vida, esto es, su sangre".
¡Adiós morcilla! ¡Adiós, carne poco hecha! ¡Adiós, bistec "au point"! No todo van a ser alegrías en esta vida...

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